domingo, 16 de agosto de 2009

Todos tenemos sueños, pero no soñé con un paraiso. En mi mente un paraiso es tranquilidad pura, simplicidad,
suavidad en cada segundo, sin preocupaciones, sin penas... Pero, ¿De que sirve un paraiso? Si la vida se trata de
eso, de hacer lo posible para que el paraiso se forme acá. Para todos va a ser distinto, y en mí. Mi paraiso está
en saber que ya nada me tiene que afectar. Un arbol, el pasto verde... Suave, en una colina. Agua fluyendo de un río
sin procedencia, cristalina, y pura... Mirarme en ella, y solo ver lo que quiero ver. Un Tronco marron, pero en
cambio, al apoyar mi cabeza en el que sea como el más acolchonado almohadon. Las ramas extendiendose en una copa sin
fin, ojas que siempre me cubririan, aislandome de todo mal. Un sombrero, para tapar mis ojos, y poder no necesitar
nada, ni a nadie... No sentiria frio, no sentiria calor. Pero, no, no quiero encontrarlo hoy. No quiero encontrarlo,
no quiero un paraiso. Quiero vivir, quiero ser feliz, quiero amar, quiero que me amen. Quiero llorar, y reir. Quiero
caminar, correr, sentarme, descanzar, y volver a correr. Quiero llegar tarde, quiero disculparme. Llegar temprano,
esperar y enfadarme con vos. Por no llegar a tiempo, después abrazarte y susurrarte... No importa, no te preocupes.
Quiero trabajar, quiero cansarme. Quiero despertarme y saber que estoy vivo un día más, y vivirlo hasta acostarme.
Quiero disfrutar de estar vivo, de estar aca... Quiero disfrutar de tu voz. Y así, creo que mi paraiso es mi vida.
Hacer mi vida, tener historias para contar, tener algo para hablar, recuerdos y experiencias. Saber que yo soy yo,
y nadie como yo... Mi vida va a ser mi paraiso, por que así lo quiero.